Convenio USW | Del 7 al 10 de abril de 2025 Siga las noticias, fotos y videos aquí
CONSIDERANDO que el acceso a una asistencia médica universal y de calidad es un derecho humano básico. Estamos unidos como sindicato a través de nuestra frontera común para tratar de garantizar que a nuestros miembros, sus familias, nuestros jubilados y nuestros ciudadanos no se les niegue este derecho básico. Sin embargo, tanto en Canadá como en Estados Unidos, nuestros sistemas de asistencia médica, muy diferentes entre sí, siguen estando amenazados por las mismas fuerzas que tratan de obtener beneficios para unos pocos a expensas de la mayoría; y
CONSIDERANDO que acontecimientos catastróficos como las pandemias, las catástrofes naturales y la aparición (o reaparición) de enfermedades patógenas de alta peligrosidad demuestran hasta qué punto necesitamos urgentemente una asistencia médica universal de calidad, una política de salud pública sólida y la cooperación entre organismos y naciones. La pandemia de COVID-19 fue una llamada de atención sin precedentes, que dejó al descubierto profundas desigualdades en el acceso a la atención médica y expuso los fallos de nuestros sistemas sanitarios actuales. Las emergencias sanitarias como COVID-19 extienden el sufrimiento humano, desestabilizan la economía mundial y trastornan la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, lo que demuestra la necesidad crítica de estar preparados para emergencias sanitarias y de invertir en servicios de salud pública fundamentales; y
CONSIDERANDO que, en Estados Unidos, sistema de atención de salud es el más caro (representará un 16 % del PIB de la nación en 2023 y el menos eficiente del mundo industrializado. La capacidad de una persona para acceder a la atención médica y a los medicamentos está relacionada con demasiada frecuencia con la cantidad de dinero que tiene, a menos que se encuentre entre los estadounidenses que tienen prestaciones patrocinadas por el empleador. Como resultado, los miembros del USW y otros cubiertos por sus empleadores se han visto obligados a intercambiar aumentos salariales por prestaciones de atención médica patrocinadas por el empleador que se han visto comprometidas; y
CONSIDERANDO que aproximadamente una de cada cinco personas que toman un medicamento con receta en Estados Unidos afirma tener dificultades para pagar sus medicamentos, y que muchas renuncian a tomar sus recetas debido al coste. El coste de los medicamentos recetados es el componente de más rápido crecimiento de los costos sanitarios, lo que hace que medicamentos vitales resulten inasequibles para las familias del USW; y
CONSIDERANDO que se calcula que el 8 % de los adultos, es decir, unos 20 millones de personas en Estados Unidos, tienen deudas médicas, de las cuales 14 millones deben más de 1,000 dólares. Casi 1 de cada 10 adultos de todo el país tiene una deuda médica de al menos 250 dólares; y
CONSIDERANDO que, en los últimos diez años, la contribución media de los trabajadores a las primas del seguro médico ha aumentado un 30 % y que el deducible medio del seguro patrocinado por el empleador se ha más que duplicado; y
CONSIDERANDO, que el USW y sus miembros han luchado durante décadas para reformar el sistema de salud roto en los Estados Unidos. Después de rechazar los intentos constantes y continuos de derogar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de 2010 (ACA), debemos protegernos contra los intentos de socavar las protecciones de la ley, que proporcionan a los miembros de USW beneficios mejorados y apoyan los esfuerzos para reducir los costos de atención médica, ampliar Medicare y reducir los costos de los medicamentos recetados, incluida la capacidad que Medicare tiene ahora debido a la Ley de Reducción de la Inflación (promulgada en agosto de 2022) para negociar con las compañías farmacéuticas para ayudar a reducir el costo de algunos de los medicamentos más caros; y
CONSIDERANDO que el USW sigue invirtiendo una gran cantidad de tiempo y recursos en la mesa de negociación todos los días para negociar las prestaciones de atención médica para los miembros activos y jubilados y proporciona valiosos recursos a nuestro personal y a los sindicatos locales a fin de negociar eficazmente los planes patrocinados por los empleadores. Es importante señalar que las continuas disputas con los empleadores sobre la continuidad de los beneficios de atención médica y/o la transferencia de más costos a nuestros miembros y jubilados no han sido resueltas por la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) ni por ninguna otra legislación relacionada con la atención médica. El USW seguirá enfrentando ciertos desafíos en la mesa de negociación; y
CONSIDERANDO que el USW ha creado una serie de fondos de asistencia médica multiempresariales, entre ellos el Steelworkers Health and Welfare Fund en Estados Unidos y el Steelworkers Benefit Plan en Canadá, para permitir a los miembros un mayor control sobre sus prestaciones, incluida la gestión justa y equitativa de las reclamaciones de prestaciones; y
CONSIDERANDO que el sistema de atención de salud pública de Canadá está siendo atacado, al igual que lo están Medicare, Medicaid y Tricare (prestaciones para veteranos) en Estados Unidos, por quienes abogan por una mayor privatización con fines lucrativos. Este ataque, propiciado por la legislación aplicada por gobiernos de derecha, las lagunas en la legislación actual y los desafíos judiciales al sistema canadiense de Medicare, se traduce en la aparición de más clínicas privadas y servicios privatizados en algunas provincias canadienses, poniendo en peligro el programa social universal más importante conseguido por los canadienses; y
CONSIDERANDO que, en la actualidad, en Canadá, los gobiernos están buscando formas de transferir más fondos públicos a empresas privadas con ánimo de lucro, una medida que amenaza tanto el acceso universal como la sostenibilidad; y
CONSIDERANDO que el gasto en salud en Canadá como porcentaje del PIB se ha mantenido relativamente estable desde 1990, representando un 12,1 % del PIB en 2023. Aunque los gobiernos de derecha y sus aliados en la industria privada insisten en que dicho gasto constituye una proporción cada vez mayor del gasto público, la realidad es que los costos del sistema público de salud no están aumentando de forma desproporcionada. De hecho, los datos demuestran que es el gasto en salud privada el que ha crecido desmesuradamente, mientras que el gasto público en salud se mantiene relativamente estable; y
CONSIDERANDO que el gasto de los canadienses en medicamentos recetados casi se triplicó entre 2001 y 2020 (un aumento del 178 %). Ajustado a la inflación, el importe que los canadienses gastan en medicamentos aumenta actualmente un cinco y medio por ciento al año. El nivel de gasto en medicamentos ha pasado de 11,900 millones de dólares en 2001 a 32,700 millones en 2020, y los medicamentos ocupan ahora el segundo lugar, después de los hospitales, en cuanto a su participación en el gasto sanitario total, habiendo superado al gasto en médicos en 1997. Las empresas farmacéuticas no gozan en Canadá de la misma libertad de publicidad que en Estados Unidos, pero infringen las mínimas restricciones existentes haciendo publicidad agresiva o sobornando a médicos, académicos y medios de comunicación para impulsar el consumo de medicamentos nuevos y más caros. Las compañías farmacéuticas gastan más en marketing que en investigación, con una estimación de 30,000 dólares al año por cada médico en Canadá en muestras de medicamentos, contactos con representantes de ventas, conferencias, viajes y regalos; y
CONSIDERANDO que los miembros de los sindicatos de Canadá han negociado la cobertura de las prestaciones médicas que no paga el sistema público. Los planes basados en el trabajo cubren al 84 % de los trabajadores sindicalizados y sus familias y al 49 % de los trabajadores no sindicalizados. Los medicamentos para enfermedades crónicas y los fármacos extrahospitalarios constituyen una parte sustancial del costo de la cobertura privada, y el aumento del precio de los medicamentos hace que los planes basados en el trabajo sean cada vez más caros. Esta presión sobre los costos está provocando que los empleadores busquen aumentos en los copagos y los deducibles, lo que dificulta los acuerdos en la mesa de negociación. Además, los gobiernos canadienses están estudiando la posibilidad de gravar estas prestaciones; y
CONSIDERANDO que la aprobación de la Ley Pharmacare en Canadá en octubre de 2024 marca una importante victoria de los trabajadores y del NDP, gracias a las décadas de defensa del movimiento obrero, y que la legislación es un paso hacia la consecución de un programa universal de farmacia de pagador único.
POR LO TANTO, SE RESUELVE que: