Convenio USW | Del 7 al 10 de abril de 2025 Siga las noticias, fotos y videos aquí
CONSIDERANDO que hemos sido testigos durante más de cuatro décadas de un aumento de la desigualdad, una economía amañada en la que los ricos se hacen más ricos, pero los salarios reales de los trabajadores permanecen en gran medida estancados a pesar del aumento constante de la productividad; y
CONSIDERANDO que los muy ricos han duplicado con creces su patrimonio neto en la última década, llenándose los bolsillos con 7.7 billones de dólares adicionales, mientras que la gente corriente apenas puede permitirse cubrir sus necesidades básicas y algunos luchan por comer con regularidad, acceder a la atención sanitaria y a la vivienda. Casi el 37 % de los estadounidenses no pueden permitirse un gasto inesperado superior a 400 dólares; y
CONSIDERANDO que las codiciosas corporaciones utilizaron la inflación causada por la pandemia del Covid-19 como coartada para subir aún más los precios, apalancándose en una catástrofe mundial con el fin de conseguir cada vez mayores beneficios a costa de las familias trabajadoras; y
CONSIDERANDO que los sindicatos proporcionan una ventaja económica clara e indiscutible, ya que los trabajadores sindicados ganan en promedio un 20 por ciento más que sus homólogos no sindicados con responsabilidades, educación y experiencia similares, además de tener un mayor acceso a la asistencia sanitaria patrocinada por el empleador, seguridad en la jubilación, lugares de trabajo más seguros y una voz en el trabajo; y
CONSIDERANDO que los sindicatos han presionado con éxito a favor de políticas que promueven la prosperidad generalizada, como una sólida Junta Nacional de Relaciones Laborales que proteja los derechos de los trabajadores, inversiones significativas para reconstruir la fabricación nacional y un comercio centrado en el trabajador que proteja nuestros puestos de trabajo y aumente las normas laborales en todo el mundo; y
CONSIDERANDO que esta creciente brecha entre las familias trabajadoras y los ultra-ricos va de la mano con los ataques a los sindicatos y a los demás esfuerzos para restablecer el equilibrio de la economía; y
CONSIDERANDO que nos comprometemos a defender los logros históricos conseguidos por los trabajadores durante el 117º Congreso con la aprobación del Plan de Rescate Americano (2021), la Ley Bipartidista de Infraestructuras (2021), la Ley de Reducción de la Inflación (2022) y la Ley CHIPS y de Ciencia (2022), políticas que salvaron las pensiones de 120,000 jubilados y miembros del USW, redujeron los precios de los medicamentos recetados para las personas mayores, crearon y mantuvieron puestos de trabajo en EE.UU., ayudaron a revitalizar la fabricación nacional y establecieron una sólida política industrial; y
CONSIDERANDO que el aumento de la desigualdad de ingresos y la desindustrialización están vinculados a una erosión de la democracia, ya que el aumento de la polarización y la circulación de información errónea socavan la fe en instituciones necesarias como la prensa libre, un poder judicial independiente y el trabajo organizado; y
CONSIDERANDO que, sin un cambio de rumbo, nuestra nación democrática se enfrenta a una situación en la que el país está controlado por unos pocos individuos extremadamente ricos, conocidos comúnmente como oligarquía, que utilizan su influencia para imponer políticas que permiten la retención de su enorme riqueza a expensas de los trabajadores; y
CONSIDERANDO que una de las formas más obvias en que los extremadamente ricos están llevando a cabo su agenda es a través de una estructura fiscal regresiva destinada a proporcionar recortes para los individuos ultra ricos y las poderosas corporaciones, mientras que proporciona poco o ningún alivio para los estadounidenses y canadienses del común; y
CONSIDERANDO que una de las características de esta reforma fiscal es utilizar el enorme déficit presupuestal que crea como excusa para recortar la financiación de programas de los que dependen las familias trabajadoras como la Seguridad Social, Medicare y Medicaid; y
CONSIDERANDO que estamos viendo en Elon Musk, cuyo patrimonio neto de 390,000 millones de dólares es más de 2.2 millones de veces el de la familia media estadounidense y cuya hostilidad a los sindicatos y desprecio por la seguridad de los trabajadores está bien documentada, los peligros en tiempo real de dar acceso sin restricciones a nuestro gobierno a un personaje no elegido y no confirmado; y
CONSIDERANDO que otros multimillonarios como Jeff Bezos y Mark Zuckerberg han utilizado su enorme riqueza para comprar periódicos, limitar las voces de noticias alternativas en las redes sociales y utilizar su acceso pagado a los funcionarios electos y su influencia política, incluso cuando han luchado contra sus propios trabajadores en el ejercicio de su derecho federal a formar un sindicato; y
CONSIDERANDO que, mientras los multimillonarios destruyen la mano de obra federal, siembran deliberadamente el caos para que no nos demos cuenta de los detalles de su agenda contra los trabajadores y de cómo amenazan a los organismos en los que los trabajadores confían para defender sus derechos, como la Junta Nacional de Relaciones Laborales, la Administración de Seguridad y Salud en las Minas y la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo; y
CONSIDERANDO que estos ataques afectan directamente nuestra capacidad de negociar colectivamente acuerdos justos, inclinando la balanza a favor de empresas codiciosas que no dudan en violar la ley para negar a los trabajadores un salario digno y las prestaciones que les corresponden.; y
CONSIDERANDO que, en lugar de solucionar los problemas de nuestra economía e identificar y eliminar de manera legítima el despilfarro, el fraude y el abuso, Musk y el resto de la actual Administración se limitan a hablar de eficiencia mientras atacan políticas que benefician a todos los estadounidenses, utilizando ese discurso como pretexto para desmantelar los sistemas que los trabajadores necesitan y para despedir a los funcionarios públicos encargados de proteger a los trabajadores, así como para eliminar las directrices de salud y seguridad en una amplia gama de industrias, desde la atención médica hasta los beneficios para veteranos; y
CONSIDERANDO que los multimillonarios y sus compinches tratan de ponernos unos contra otros por motivos de edad, raza, sexo, identidad sexual y otras distinciones superficiales para que no volvamos nuestra fuerza colectiva contra ellos a fin de exigir nuestra parte equitativa de los beneficios económicos; y
CONSIDERANDO que también estamos viendo estos ataques a nivel estatal, con legislación antitrabajadores aprobada o en estudio en una amplia gama de estados, desde Utah a New Hampshire; y
CONSIDERANDO que entendemos que, como miembros de un sindicato, tenemos la responsabilidad de estar en primera línea en la lucha por la justicia económica.
POR LO TANTO, SE RESUELVE que: