Vigilancia comercial

Invertir en la capacidad de Norteamérica para producir materias primas y productos terminados aquí en casa crea empleos y hace crecer nuestra economía. Inversiones dirigidas como la Ley CHIPS de 2022 ayudan a las empresas norteamericanas a competir en sectores clave o a reducir nuestra dependencia de productos extranjeros. USW lucha para que estas inversiones creen empleos sindicalizados y lleguen a los salarios de los trabajadores, no a las cuentas bancarias de los multimillonarios.

Los acuerdos de libre comercio han tenido altos costes para los trabajadores en muchos países, enfrentando a trabajadores de todo el mundo en una carrera hacia el fondo en salarios y condiciones laborales. La USW considera que todos los acuerdos comerciales deben garantizar a los trabajadores el derecho a formar un sindicato y a negociar colectivamente.

Los acuerdos comerciales deben garantizar igualdad de condiciones en lo que respecta al medio ambiente. A los miembros de USW les importa mantener sus comunidades limpias y saludables. Nunca deben verse obligados a competir injustamente contra bienes que no cumplen o no superan los estándares medioambientales de EE. UU.

A medida que la nueva tecnología se vuelve más accesible, es esencial que los trabajadores tengan voz en la forma en que se recopilan y utilizan sus datos personales. Los acuerdos comerciales ahora cubren una amplia gama de temas, incluyendo dónde se encuentran los datos personales en línea de los trabajadores, así como otros estándares tecnológicos que afectan a los trabajadores dentro de sus instalaciones. Al final del día, todos nuestros acuerdos comerciales deben priorizar las necesidades de los trabajadores.

Los trabajadores y empresas norteamericanos pueden competir en cualquier sector cuando hay igualdad de condiciones. El problema es que muchos países subvencionan fuertemente sus industrias. Cuanto mayor es la subvención, menor es el precio al que pueden vender sus productos y mayor es la desventaja para sus homólogos norteamericanos.

Cuando se utilizan estratégicamente, los aranceles y otros remedios comerciales pueden reducir la competencia desleal, nivelar el terreno de juego y permitir que los trabajadores domésticos y las industrias prosperen.